La obra de Nikos Kazantzakis tiene como fin despertar conciencias. Nadie puede salir indemne de su lectura. Más allá de la diversidad de formas -novela, teatro, ensayo, poesía...- Kazantzakis se impone como poeta y, en ese orden, vive en perpetuo estado de poesía. En su poesía, de corte existencial, se destacan su amor por la libertad, una impronta dionisíaca, un sentimiento trágico y la presencia indeleble de su Creta natal.